Durante los primeros días de agosto, entre el pasado 1 y el día 6 hemos cogido de nuevo el saco de dormir y las botas de campo y nos hemos dispuesto a pasar unos días en el Centro de iniciativas ambientales con un campus ambiental organizado desde el Ayuntamiento de Salamanca bajo el nombre Quinúa 2013. Han sido cerca de una treintena de participantes de Salamanca ciudad y algunos municipios cercanos a la capital de entre 9 y 14 años, quienes algunos de ellos repetían la experiencia, siendo la mejor evaluación para nuestro equipo.
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| Reconociendo cráneos de mamíferos |
Todos hemos disfrutado de talleres y actividades tanto educativas basadas en la avifauna de nuestro humedal como de gymkhanas y juegos grupales donde primaba la diversión y el ingenio de cada uno de nosotros. No nos hemos olvidado de vivir una jornada en las piscinas de Almenara ni de las veladas en la nocturnidad de nuestro entorno entre piratas, estrellas, seres fantásticos y palomas torcaces a punto de ser devoradas... Quizás los que nos leéis, no podáis descifrar entre estas letras el buen ambiente que se ha creado y las sonrisas que hemos despertado entre los chicos y chicas que convivieron con nuestro equipo y es que hasta los más pequeños han acabado su primera experiencia de campamento satisfechos.
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| No podemos dejar de realizar deporte como la senda en bici o el tiro con arco |
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| Pablo, uno de los monitores del equipo caracterizado de pirata para realizar el rastreo nocturno |
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| Comenzando una de las veladas nocturnas |
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| Analizando las aguas del Tormes para determinar la calidad de nuestro río |
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| Todo el grupo tras las actuaciones teatrales de la última velada del campus |
Todos hemos disfrutado de talleres y actividades tanto educativas basadas en la avifauna de nuestro humedal como de gymkhanas y juegos grupales donde primaba la diversión y el ingenio de cada uno de nosotros. No nos hemos olvidado de vivir una jornada en las piscinas de Almenara ni de las veladas en la nocturnidad de nuestro entorno entre piratas, estrellas, seres fantásticos y palomas torcaces a punto de ser devoradas... Quizás los que nos leéis, no podáis descifrar entre estas letras el buen ambiente que se ha creado y las sonrisas que hemos despertado entre los chicos y chicas que convivieron con nuestro equipo y es que hasta los más pequeños han acabado su primera experiencia de campamento satisfechos. 
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