Después de 10 años de aprendizaje en la recuperación, conservación y mejora del humedal de Alemenara (su antigua gravera), ahora nos enfrentamos a la aplicación de lo aprendido. El llamado Cachón de Juzbado, un meandro abandonado del río Tormes que también fue explotado como gravera, reúne en la actualidad la condiciones necesarias para encauzar una recuperación exitosa.
La impresionante imagen superior nos muestra cómo el Tormes se arquea en su recorrido formando el Arco de Ballesta que glosa Machado en sus palabras hacia el Duero. En este momento estamos en los interesantes pasos iniciales donde todo está por hacer. Las primeras líneas de acción ya han sido marcadas y la vocación de este terrreno como humedal va a ser la directriz que marque la restauración. Un espacio destinado a la conservación donde tanto el Ayuntamiento bajo la figura de Fernado Rubio como la Fundación Tormes-EB ya están trabajando para conseguir la financiación pues los aspectos técnicos ya se están iniciando.
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