La primera de las nuevas actividades que pone en marcha la Fundación Salamanca
Ciudad de Saberes y Cultura, que desarrollarán nuestros técnicos a lo largo del año escolar, lleva por título “La tecnología de nuestros
abuelos” y pretende dar a conocer a los escolares del Primer Ciclo de Primaria el
modo de vida que hasta no hace mucho era habitual en gran parte de la provincia
y de la capital.
La
sesión se centra en resaltar tres ideas fundamentales: ingenio para resolver
problemas cotidianos, aprovechamiento de recursos naturales de manera
sostenible y finalmente el reciclado y reutilización de materiales y
utensilios.
Con
estas premisas como eje conductor de la actividad el monitor comienza la sesión
abriendo un gran maletón de cuero de viajante, que junto con una cesta de
castaño y otra de mimbre, contiene todos los utensilios que mostrará a lo largo
de los 90 minutos de duración de la actividad.
La puesta en escena, con utensilios auténticos, refuerzan el contenido de la actividad.
Los
alumnos disfrutarán conociendo mediante historias basadas en hechos reales, y
narradas con un tono ameno y participativo, de los usos y los principios para
la construcción de un gran número de elementos: cestos, albarcas, cencerros y esquilas,
cantimploras de caballería, bozales, cántaras y palanganas, cucharas y
cucharones de madera, hocinos, azaduelas, alpargatas, velas y palmatorias, instrumentos
musicales, targas y cinceles tipográficos, botellas forradas de espadaña,
caracoleras de esparto y rodeznos de centeno.
Los alumnos escuchan la explicación sobre una vieja cantimplora de caballería hecha de mimbre.
Cada
uno de estos enseres lleva una detenida explicación en la que se anima a
participar a todos los alumnos, que por ejemplo, podrán ponerse en la piel de un pastor de
ovejas y practicar el lanzamiento de chinarros con una honda de cuero. Una de
las intervenciones que más interés despierta es la fabricación de una pluma de
escritura a partir de plumas de cigüeña y milano, junto con la purificación del
aire mediante hierbas aromáticas como la lavanda.
Como
conclusión final y evaluación de la actividad se anima a todos los
participantes a aprovechar el saber que acumulan los mayores de su entorno más
cercano, para que desarrollen una entrevista que les lleve a indagar sobre los
utensilios y procesos cotidianos del modo de vida que ha dado origen a nuestra
sociedad actual.
Con el otro estreno, que lleva por título “Usos tradicionales de las plantas” pretendemos
dar a conocer la faceta de las plantas más desconocida por la gran mayoría de escolares,
agrupada bajo el epígrafe de etnobotánica, que estudia los usos tradicionales
de la plantas.
Bajo
este punto de partida, además de usos gastronómicos, medicinales, culturales, rituales, etc… hemos querido hacer especial hincapié en la
utilización de plantas para la construcción del rico patrimonio monumental que
posee Salamanca. Así a través de una serie de pliegos prensados de flora
ribereña, planta verde seca o láminas botánicas clásicas, vincularemos el
origen de los edificios más emblemáticos de la ciudad con los usos
tradicionales de las plantas que desde tiempos inmemoriales hasta mediados del
siglo XX han sido habituales en Salamanca.
Un ejemplo de lámina botánica clásica, como las que se muestran a los alumnos.
Para
hacer la explicación más amena e interesante, el monitor pondrá los usos en
boca de personajes reales de distintas épocas, cuyo oficio o modo de vida
estuviera condicionado por el uso de una planta en concreto. De este modo a
través de microhistorias se entrelazarán plantas, patrimonio y modo de vida.
Por ejemplo, en el caso del sauce, se relata la siguiente historia, documentada
en hechos reales:
“ Durante el mes de Mayo de 1775 los
salmantinos no oyeron repicar las campanas de la torre de la catedral. Los
oficios religiosos y las misas no parecían completos sin los matices metálicos
de la campana de Santa Bárbara, la de los Muertos, la de San Miguel ni de la
más grande de todas, la de Santa María de la O.
Mandado llamar por el Cabildo Catedralicio, el maestro campanero José
Méndez, explica que debido a los dolores de reuma y de cabeza que sufre desde
hace un mes, no tiene fuerza suficiente para voltear las pesadas moles de
bronce. Dadas las circunstancias se decide sustituir temporalmente al maestro,
por uno de gran renombre que vendrá desde Benavente, a proposición del
Arcediano de Ledesma, hasta que José
Méndez recupere su estado de salud.
Un maestro campanero en plena faena.
Para su cura se le ofrecen los servicios del boticario del Cabildo,
que posee gran fama en la sanación de reumas y dolores con la corteza de los
mimbreros. El remedio resultó muy eficaz, y tras dos semanas convaleciente
Méndez dejó atrás sus fiebres, reumas y dolores, para volver a ejercer con
maestría su profesión. La vida litúrgica y social de la ciudad vuelve a
llenarse con los sonidos de sus amadas campanas”.
Las
numerosas historias irán combinadas con explicaciones detalladas de botánica,
adaptadas al nivel de la Educación
Secundaria Obligatoria a la que está desnatada esta
actividad.
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