Tres días de sol han bastado para
derramar la primavera sobre la provincia. Tres días de luz y calor que han sido
recibidas con bondad en el campo.
Durante el fin de semana he encontrado gente paseando, recreándose en
medio de la naturaleza, como agradeciendo este anticiclón. Los he visto por los
parques de la ciudad y por los caminos de la provincia. Por mi parte, caminé
por la senda de Santa Lucía, de Almenara a Juzbado, encontrándome grupos de
gratificados senderistas.
Paseando por las atalayas de la
ribera del Tormes pude disfrutar de todo un conjunto de paisajes verdeantes.
Tonos claros y oscuros, intensos y suaves, pero todos verdes, henchidos de agua
y luminosidad. Y es que el monte olía a clorofila, como si toda la vegetación
se hubiera puesto de acuerdo para hacer la fotosíntesis a la vez. Llevado por
este momento, recogí ajopuerros y collejas, cardo mariano y malvas, terminado
unos sobre la sartén y otras en la ensalada. Lo que olí y vi, lo saboreé y
degusté. Como decía Unamuno: Saborear el
paisaje es uno de los mayores placeres de la naturaleza... ¡Qué razón llevaba!
Y claro, en medio de este escenario las aves
estaban en la gloria, mostrando todo su repertorio de trinos y reclamos. Llegaron los primeros abejarucos, con su
paleta de pintor sobre el plumaje. Se exhibieron tímidas las garzas imperiales,
pasaron diligentes los avetorillos. Escuché a los arrendajos en su tono
enfadado y agradecí los suaves carraspeos del carricero. Pero sin duda, el
momento álgido vino desde la siringe de los ruiseñores. Se delataron, no
aguantaron sus primeros cantos de sabor africano. Poco a poco, introduciendo su
melodía entre pinzones y carboneros, se fueron destacando… e inauguraron
verdaderamente la primavera.
Ahora todo sí que todo el campo
es orégano, que en breve empezará a florecer. Como ya lo hacen las encinas y
las escobas. Y en los prados todavía húmedos, se muestran las orquídeas, esos
delicatesen de la flora. Sólo me queda animarles a formar parte del paisaje,
bien sea cogiendo setas o paseando. Aunque por el mes en que estamos es tiempo
de salir a espárragos. Porque como dice el refrán:
Los espárragos de abril pa´ mí, los de mayo pa´ mi amo ylos de junio
pa´mi burro. Salud
1 comentario:
¡¡¡Cómo me gustan estas entradas!!! ya estoy esperando que publiques la próxima.
Saludos
Emilio M. Pedraza
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