domingo, 7 de octubre de 2012

Más Catedrales Vivas

Es indiscutible la riqueza de árboles indescriptibles en Salamanca. Cuando crees que la provincia no puede proveer más, ahí están, siglos después. Cuesta ponerles palabras y etiquetas a cada uno, pero los paisanos tienen el proverbial don de la signatura. 




Después de días visitando los castaños de Los Santos, surge un "nuevo" abuelo o abuela que te recuerda los olvidos de tu tiempo. ¿Y qué le dices a este incunable vegetal? ¿Qué le puedes aportar con tu visita?



Uno se siente como contemplando el cielo estrellado, una sensación de "ningunidaz " que enaltece a todos los humanos que los han respetado, utilizado y querido. 


Desde los huecos de la edad, observando desde el vacío de la secular presencia, deja una mirilla hacia un discípulo del tiempo. ¡Qué milanos se habrán contemplado desde el anonimato! ¿Qué cientos de carboneros habrán comido entre su ramas? ¿Qué millones de hojas habrán caído bajo su copa?

No lo sabemos. Pero su sombra estuvo acompañada bajo un bosque, antes que el arado desventrada las raíces de su vecinos y hermanos...

Te imaginas en el siglo XVII a los paisanos y paisanas de Los Santos apañando sus castañas. ¿Te los imaginas en otoño preparando los calvotes?

Por estas Catedrales Vivas y todos que nos han dejado su presencia TRABAJAMOS. Gracias, muchas gracias.

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